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La aportación de Carmen Mª Vidal Fernández
La Escuela del “chache”
Miguel Medina
Abrumada entre tanto papel que me espera
cada noche para poder alcanzar un objetivo muy importante relacionado con la
docencia, no podía dejar pasar por alto la oportunidad de escribir para el 77
Aniversario del Miguel Medina, un Colegio sin duda lleno de historia. Ese edificio mantiene y mantendrá un “no sé qué”
especial que le da la imagen de una verdadera escuela. Quizá las muchas
experiencias de tantos alumnos que han pasado por ese colegio es lo que hace
que cuando entras allí sientes que una gran oleada de sentimientos y sensaciones
afloran en tu interior; sus vivencias todavía perviven en sus pasillos y en sus
ya añoradas aulas.
Como docente archenera he tenido la suerte de
trabajar en dos ocasiones en este magnífico lugar y poder así comprobar la
humildad y otros muchos valores con los que lo docentes, verdaderos
sustentadores de los grandes pilares de la educación y por tanto de nuestra
sociedad, intentan transmitir día a día dentro de esas viejas paredes. Esos
docentes que, ante todo son “personas” dispuestas a seguir aprendiendo,
dispuestas a seguir trasmitiendo, dispuestas a orientar cada nuevo Curso a los
nuevos maestros y dispuestos a sembrar fructíferas semillas en sus pupilos.
El “Miguel Medina” ahora seguirá creciendo
no muy lejos de sus raíces, manteniendo su origen e historia. Esto es posible
gracias a todos los que forman parte de la comunidad educativa y que hacen que
los niños no sólo trabajen con un espíritu positivo, sino que le hacen ver a
los demás que lo importante es poder crecer junto a los compañeros,
esforzándose por entender a los demás y por ser entendido.
Guardo en mi bolsillo y en mi corazón amistades
que he logrado hacer en estos últimos años y que parece que las tengo toda la
vida, amistades que me han enseñado qué es lo importante al educar al niño.
Junto a estas amistades guardo también gratas experiencias que formarán parte
de mi carrera, tanto personal como profesional, enriquecedoras experiencias que
lamentablemente no suman en mi pobre “currículum vitae” pero que sirven mucho más
que lo que ahí consta a la espera de poder contagiarse de otras muchas experiencias
algún día.
Después de tanta formalidad he de decir que
para mí, trabajar en el Miguel Medina es y será una de las cosas que
profesionalmente me han llenado más, mis niños de infantil, mis chicos de
sexto, los maestros y maestras, los villancicos en la Iglesia junto a los niños
de toda la escuela, la Semana Cultural, el Día de la Paz, el Final de Curso y
las tantas comidas compartidas con todo el claustro de profesores y los demás
miembros de la escuela. Si algo caracteriza al Miguel Medina son sus maestros:
no cambiéis.
¡Feliz
Aniversario!
Carmen
María Vidal Fernández (22-12-2016)
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